Altai, adiós Sirenita

El día de llegada a Altai ya estaba perdido y tuvimos que esperar al día siguiente para que el mecánico del check point nos arreglara el alternador y de paso nos vendiera una batería ya que le dimos la nuestra a un tío en medio del Gobi. A éste se le cayo en marcha y cuando se dio cuenta estaba parado allí en medio sin batería, así que como no la necesitábamos entonces, se la dimos (nosotros íbamos remolcados), creo que tubo mucha suerte…
Al despertar, ya en la puerta del mecánico tuvimos suerte y el jefe estuvo trabajando todo el día con nuestro alternador. Intentaba hacer un mix entre un alternador viejo y el nuestro, con unos cuantos electrodos y una radial, luego le preparo un soporte artesanos/cutre y a esperar a que aquello funcionase. El mecánico acabo a las 2 de la madrugada y salimos automáticamente. No podíamos perder tiempo, porque faltaban dos etapas y teníamos un vuelo esperándonos para el día 2 a las 7am. Cualquier otro imprevisto era letal.Salíamos de Altai felices y motivados, cuando al final del pueblo veíamos que la sirenita no iba fina, no frenaba bien, no teníamos dirección y para colmo no entendíamos la señal que debíamos seguir, por lo tanto pensamos que lo mejor era volver al mecánico y que no dijese si todo estaba lo suficiente bien para llegar a la siguiente ciudad y que dirección tomar. Una vez allí despertamos a uno de los mecánico (todos dormían) y al darle un vistazo, levantamos el capo y ZAS EN TODA LA BOCA!! Había saltado el soporte cutre e íbamos sin la correa de distribución (fue cuestión de suerte no quedarnos tirados en medio de la nada otra vez). Teníamos que volver a dormir allí y ver que haríamos mañana. Menudo asco, no sabría bien como definir aquello, pero recuerdo tardar horas en poder dormir, eran un cúmulo de nervios... Queríamos pensar que lo podría arreglar, pero ya no podíamos esperar otro día entero. Había que empezar a plantearse otras cosas (muuuy dolorosas). Solo podíamos esperar que lo reparase antes de medio día, algo que no había conseguido en un día largo de trabajo, ya que en caso de tener que dejar la ambulancia debíamos dejar el papeleo hecho y coger un autobús que salía como máximo a la hora de comer y no sabíamos ni desde donde partía éste…

A la mañana fue un día complicado, estábamos lógicamente abatidos mientras veíamos como el mecánico se tiraba al suelo embarrado después de pasar dos días lloviendo sin parar, para intentar fijar ese “alternador”, pasaban las horas y cada vez estábamos mas hechos polvo y otros equipos del rally se acercaban a consolarnos. Creo que en ese momento solo te entiende otro raider, que sabe lo que cuesta preparar todo y llegar hasta allí u otros que también estaban cruzándose con nosotros desde etapas anteriores y sabían de nuestras movidas…
Debían ser las 13h una hora límite, cuando el mecánico dijo de probarla. Pero cuando ves que ya de inico gira mal, peor que el día anterior cuando no pudo aguantar 5km seguidos… Pese a todo hicimos el check y fue el propio mecánico el que se disculpaba viendo que su obra no servia. Nosotros de brazos caídos le decíamos: Good mecanic, good mecanic!! A lo que el contestaba: Noo, no good mecanic!! Y así fue como Albert, el mecánico y yo llevamos al garaje a la Sirenita. Un momento durísimo (no creíamos que lo fuera tanto). Tuvimos 30 minutos para hacer los papeles, la maleta y dar toda la ropa a otros equipos que la llevarían a su destino, éramos como dos reyes magos tristes, que daban todo lo que tenían a todo aquel que creyésemos que le daría un buen uso, y así lo hicimos. Adiós Sirenita!!

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